El Centenario en el centenario

En 1908, el gobierno del general Porfirio Díaz, comenzó a organizar los festejos para la celebración del Centenario de la Independencia de México, considerando que los ojos del mundo entero estarían puestos en nuestro país, no se reparó en gastos para el magno acontecimiento y en la ciudad de México se inauguraron decenas de monumentos, algunos donados por las colonias de extranjeros residentes en el país, así el gobierno encontró una buena oportunidad para mostrar al mundo los avances tecnológicos y arquirectónicos sin imaginar que estallaría la revolución el 20 de noviembre de 1910, dos meses después de la fiesta.Aprovechando la euforia, muchos comerciantes hicieron fabricación especial de sus productos poniéndole "El Centenario" aludiendo a la celebración que todos esperaban, como el tequila, puros, chocolates y muchas artículos más, don Teodoro Ramos, un importador de órganos de boca, mando a fabricar en Alemania una armónica a la que denominó "El Centenario", la idea fue todo un éxito entre las clases populares que obligaron a la fábrica a producir grandes cantidades de ellas. Su bello y nostálgico sonido, hizo que las tropas revolucionarias la adoptaran como su inseparable compañera que junto con la guitarra, recorrieron los caminos de México.